SINTIÓ LA MONTAÑA

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“El verdadero contenido de una fotografía es invisible, 

porque no se deriva de una relación con la forma, sino con el tiempo”. 

John Berger

 

 

La primera fotografía que obtuve bajo la técnica de cámara estenopeica data del 1 marzo del 2019; tuvo una exposición total de 8 horas. Durante este periodo de tiempo, la luz se introdujo por un pequeño orificio de un diámetro de 0,3 mm. Las pequeñas partículas de polvo, la humedad, las variaciones de temperatura, las condiciones climatológicas y el azar influyeron sobre la fotografía. Durante días no lograba entender que a pesar de su belleza por alguna razón esta imagen me resultaba rara, había algo en ella que se sentía extraño.  Tardé en entender que se debía a la espacialidad de los elementos. El árbol que debería estar a la derecha a se encontraba a la izquierda. Todo se encontraba invertido. El cerro, la luz, todo. Estaba ante el problema de la imagen invertida. Podríamos afirmar que basta un pequeño orificio de alfiler para que las formas, los claroscuros y los colores de nuestro entorno se reproduzcan en otro lugar a modo de espejismo.  Del Cerro de las Abejas podemos decir que es el epicentro de la comunidad de donde vivo. Es escenario, testigo natural de la vida y muerte de quienes habitamos en los alrededores.   

 

Sintió la Montaña presenta una serie de ejercicios de intervención directa sobre el papel fotográfico de las imágenes en las que he documentado una y otra vez al Cerro de las abejas. Obtengo las imágenes a través de la fabricación de cámaras estenopeicas, experimentación con solarigrafía y la intervención en el cuarto oscuro. Estas acciones me permiten desarticular el proceso tradicional en la fotografía y con ello trabajar en la abstracción sobre mi propia idea del cerro y el paisaje. ¿Hasta dónde una imagen deja de ser una imagen?

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Samahil Borbón

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