ENTRE COLMILLOS Y PROMESAS | Guadalupe A. Vidal

Noviembre 23, 2024

​

​

​​

​El trabajo artístico de Guadalupe A. Vidal ha explorado, desde hace tiempo, el fenómeno de la construcción habitacional y urbana en el noroeste de México, especialmente en Baja California. Su interés radica en visibilizar gestos que reflejan las desigualdades económicas, sociales y culturales de la región a partir de testimonios o vivencias personales.

 

En su obra, los conceptos de memoria, cuerpo y violencia se entrelazan con la idea de desplazamiento, particularmente en el contexto de la migración. Vidal reflexiona sobre las estructuras de poder y cómo estas inciden en las dinámicas de la ciudad y la vida cotidiana, especialmente en zonas de constante transformación y movimiento, como la frontera.

 

El trabajo visual más reciente de Guadalupe se inspira en el concepto de "movilidad social", entendido como un indicador de igualdad de oportunidades, y como reflejo de los cambios socioeconómicos que experimentan las personas, los cuales se traducen en mejoras laborales, económicas y de salud.

 

En su práctica artística, Vidal replantea el concepto de "movilidad social" al fusionar dos elementos: la ficción y los juegos de mesa. De este modo, crea una serie de piezas bidimensionales y escultóricas que invitan a reflexionar sobre los contrastes económicos, sociales y culturales de la sociedad mexicana.

 

Las obras que componen la exposición Entre colmillos y promesas están inspiradas en el clásico juego de "serpientes y escaleras", popular en la cultura mexicana. A través de este juego, Vidal nos invita a pensar en una idea personal: “la amenaza de un retroceso parece más probable que la promesa de un avance”. Sus piezas sugieren que la ciudad y la vida fronteriza son un constante sube y baja, donde la inestabilidad predomina y quienes avanzan no siempre logran llegar a su destino.

 

En Entre colmillos y promesas se utilizan materiales cotidianos como cemento, varilla y madera, elementos que forman parte de nuestro habitar diario. Algunas piezas evocan serpientes, comúnmente asociado con los símbolos patrios, y escaleras, que sugieren el camino único hacia lo alto, pero con la paradoja de que ese mismo camino puede llevarnos a la caída.

 

El concepto del juego en la exposición es fundamental: Vidal nos provoca a pensar en la ciudad como un tablero urbano, donde todos somos piezas en movimiento. El traslado de un lugar a otro no siempre define quién llega primero a su destino, y el azar juega un papel incierto en este transitar entre el sube y baja.

 

Mónica Arreola

​

 

​