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ANIDAR EN ESCOMBRO| Aida Urbina

Marzo 23, 2024

 

“Anidar en escombro” es una serie pictórica que germina en los paisajes anónimos de nuestra ciudad fronteriza: Tijuana.

La mirada de Aida se tropieza con objetos muy distintos entre sí, sus formas y texturas emergen de lugares vacíos, de una pared, de un rincón o una esquina, como plantas silvestres se aferran al espacio residual.

Urbina observa diariamente las construcciones que se cimientan firmemente en la ciudad, como, por ejemplo: la -arquitectura legalizada-, pero esta arquitectura no nubla su contemplación y en su andar descubre bruscos y finos detalles de construcciones orgánicas realizadas por manos desconocidas, letreros coloridos que nos brindan acertijos y objetos que nos recuerdan a la infancia.

En la pintura de Aida percibimos Tipis desajustados que nos muestran espacios blandos, vulnerables y al alcance de la violencia; estos espacios habitables nos indican la posibilidad de un hogar de paso, una arquitectura con un tiempo de caducidad, pero capaz de regenerarse nuevamente por la generosidad de su reproducción. ¿Quienes habitan estas blandas paredes?, posiblemente migrantes.

 

Urbina se observa como una Flâneur que recorre la ciudad constantemente y en su transitar registra en su memoria todo aquello que llama su atención, desde letreros con texturas y colores muy diferentes entre sí o infraestructura urbana. En “Anidar en escombro” contemplamos una serie de composiciones vibrantes a manera de crucigramas abstractos, que dan ciertos acertijos callejeros que nos proponen imaginar y descubrir las historias urbanas que se narran en nuestra ciudad.

Otro cuerpo de trabajo que se presenta en “Anidar en escombro” son pinturas en donde observamos el contraste de una ciudad en desgaste y violenta que contiene azarosamente juguetes de distintos diseños que transmiten cierta dulzura, una infancia que intenta preexistir entre el deterioro urbano; algún afecto familiar permanece en el objeto olvida- do.

Aida nos muestra todo aquello que va descubriendo en su caminar y como se van trans- formando -los no lugares-. Cada objeto que pinta nos habla de un habitante que no percibimos y son los objetos quienes protagonizan sus composiciones pictóricas.

El andar que nos propone Urbina en su obra nos indica que caminar paso a paso es no tener un lugar fijo en nuestra ciudad.

Y Tijuana nos revela una vez más que sigue siendo una ciudad de paso, una ciudad que continúa también su andar.

Mónica Arreola

 

Fotografías | Mónica Arreola

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